Cuando la primera comunión coincide en la época de primavera-verano, es una gran opción darle un toque rústico.
El complemento ideal a un vestido blanco o marfil sería llevar un prendido de flores secas de varios colores y un bonito capazo a juego.
También unas alpargatas con cintas de rafia, le darían el toque perfecto, además de ser muy cómodas y veraniegas.